¿Qué hacer para tener un buen físico en México sin volverte loco en el intento?
Tener un buen físico es un tema que siempre está en la mente de muchos mexicanos. Ya sea porque queremos vernos mejor en la playa, sentirnos más seguros al vestirnos, o simplemente por salud, la verdad es que a todos nos pasa por la cabeza: “quiero ponerme en forma”.
El problema es que muchas veces nos quedamos atorados en la teoría, en los pretextos o en la falta de constancia. Y no te preocupes, no estás solo: en México vivimos en un contexto donde la comida es deliciosa (¿quién puede resistirse a unos tacos al pastor o unas quesadillas bien doradas?), el trabajo y los horarios son pesados, y el sedentarismo se ha convertido en parte de la rutina diaria.
Pero sí es posible. Tener un buen físico no es cosa de suerte, ni de genética solamente; es resultado de hábitos diarios que cualquiera puede construir.
En este artículo vamos a platicar de manera clara, sin rollos imposibles, sobre qué hacer para lograr un buen físico en el contexto mexicano.
¿Qué significa tener un buen físico?
Primero que nada, vamos a aclarar algo: un buen físico no significa tener cuadritos marcados como modelo de revista. Un buen físico es aquel en el que te sientes cómodo, fuerte, saludable y seguro de ti mismo.
Para algunos será bajar la pancita, para otros aumentar músculo, para otros simplemente dejar de sentirse cansados todo el tiempo. Lo importante es que sea un físico que refleje bienestar y salud, más allá de los estereotipos.
El reto en México
Lograr un buen físico aquí tiene sus particularidades:
La comida: deliciosa, sí, pero llena de tentaciones. Desde los tamales mañaneros hasta la garnacha nocturna.
La rutina: traslados largos, poco tiempo libre, estrés laboral.
La cultura: todavía pensamos que “ir al gimnasio es para los que tienen dinero o tiempo de sobra”.
Pero precisamente por eso es más valioso trabajar en ello: porque mejorar tu físico es también mejorar tu calidad de vida en un país donde las enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, obesidad) son muy comunes.

1. La alimentación: lo que realmente importa
Aunque no lo creas, el 70% del resultado de un buen físico depende de lo que comes. Y no se trata de dejar de disfrutar los tacos o el pan dulce, sino de aprender a equilibrar.
Tips prácticos para México:
Reduce refrescos: México es de los países que más refresco consume en el mundo. Si bajas esa cantidad, ya estás ganando puntos enormes.
Incluye más verduras en tu plato: piensa en el modelo del “plato del bien comer”. Media porción verduras, un cuarto proteína, un cuarto carbohidratos.
Elige versiones más saludables: en vez de fritangas todos los días, prueba asados, al vapor o al horno.
Planea tus comidas: si no llevas nada, es más probable que termines comiendo cualquier cosa en la calle.
No satanices la comida mexicana: los frijoles, nopales, tortillas de maíz y aguacate son súper nutritivos.
La clave está en balancear, no en dejar de comer.
2. El ejercicio: moverte es obligatorio
No hay buen físico sin movimiento. Y ojo: no necesitas vivir en el gimnasio ni pasar 3 horas diarias cargando pesas.
Opciones mexicanas realistas:
Caminar: en vez de tomar transporte para todo, aprovecha distancias cortas.
Bici: cada vez más ciudades tienen ciclovías, aprovéchalas.
Gimnasio: no es tan caro como piensas, y hay opciones desde $300 al mes.
Rutinas en casa: con YouTube o apps puedes hacer desde yoga hasta entrenamiento funcional.
Deportes locales: fútbol, básquet, frontón, lo que te guste. Lo importante es disfrutar.
La recomendación general es 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Eso equivale a 30 minutos al día, 5 veces por semana. ¿Suena más posible, no?
3. Descanso: el factor olvidado
Muchos mexicanos viven con sueño acumulado. El problema es que sin descanso suficiente, tu cuerpo no se recupera ni cambia físicamente.
Duerme de 7 a 8 horas diarias.
Evita cenar pesado justo antes de dormir.
Baja el uso de pantallas en la noche.
Un cuerpo descansado rinde más en el gimnasio y procesa mejor los nutrientes.
4. Mentalidad y constancia
Tener un buen físico no se logra en una semana ni en un mes. Es un proceso a largo plazo. La clave es la constancia.
Pon metas realistas: no quieras bajar 10 kilos en un mes.
Celebra avances pequeños: poder subir las escaleras sin agitarte ya es progreso.
Rodéate de apoyo: amigos, pareja o grupos que también busquen mejorar.
Evita compararte: tu progreso es tuyo, no tienes que parecerte a nadie más.
5. Lo que sí puedes comer en México
Mucha gente piensa que para tener buen físico hay que comer como gringo: puro pollo con brócoli. Falso. La comida mexicana puede ser súper saludable si la eliges bien:
Proteínas: pollo, pescado, res, huevo, frijoles, lentejas.
Carbohidratos buenos: tortilla de maíz, arroz integral, avena, camote.
Grasas saludables: aguacate, nueces, semillas, aceite de oliva.
Verduras locales: nopales, calabacitas, espinaca, jitomate, chayote.
El truco está en preparar con menos grasa, menos fritanga y más cocción ligera.
6. Suplementos: ¿sí o no?
En México hay un boom de suplementos: proteína en polvo, creatina, quemadores de grasa, etc. La verdad es que no son mágicos.
Si tu alimentación es buena, pueden ser un apoyo (por ejemplo, la proteína en polvo si no alcanzas tus requerimientos diarios). Pero no necesitas gastar una fortuna para tener resultados.
7. Ejemplo realista en México
Imagina a Juan, que vive en CDMX, trabaja en oficina y siempre anda corriendo:
Deja de tomar 2 litros de refresco al día y lo cambia por agua.
Camina 20 minutos diarios rumbo al metro.
Hace una rutina de 30 minutos en casa 4 veces por semana.
Duerme una hora más en lugar de desvelarse con la tele.
En 3 meses, Juan no solo baja de peso, sino que se siente con más energía, menos cansado y más seguro de sí mismo.
“Un buen físico no se construye en un día, se construye con los hábitos que repites todos los días.”
Los beneficios de tener un buen físico
Más salud: menos riesgo de diabetes, hipertensión y enfermedades comunes en México.
Más energía: rindes mejor en el trabajo y en tu vida diaria.
Más confianza: te sientes bien contigo mismo.
Mejor calidad de vida: vives más y disfrutas más